lunes, 28 de febrero de 2011

Unas cervezas y nosotros

(Una cerveza, dos cervezas)


- He estado triste estos años.


(Tres cervezas)


- Ella creo que no me quiso.


(Dos de la mañana)


- Me acosté con él buscando su abrazo.


(Seis cervezas


- Me he sentido sola.


(Cuatro de la mañana)


- He odiado.


(Siete cervezas)


- Sentí mucho miedo.


(Cinco de la mañana)


- No quería perderle aunque ahora no quiero tenerle


(Seis de la mañana)


- No sé de dónde vengo.
- Yo tampoco.


(Diez cervezas y siete de la mañana)


- Ana, ¿nos vamos a dormir?. 
- Sí Pedro, muchas horas de confesiones y ya casi son las siete y media de la mañana.

Descubrí que mi padre verdadero era mi tío

Un día en el Taller de Escritura, escribimos un secreto (inventado, real, exagerado....) de nosotros, cada uno dejó ese secreto, esa parte de sí en una caja en el fondo, cómo se dejan los secretos. Pero estos secretos eran diferentes, no iban a morir en el fondo de la caja. Cada uno cogimos uno de nuestros secretos (el mío, el suyo, el de ella....), lo leímos en alto y escribimos una historia corta de él. Un secreto nobelado, ¿sigue siendo un secreto?, ¿cambia de dimensión?.

Secreto-> Descubrí que mi padre verdadero era mi tío
(texto sin correcciones del ejercicio)


Siguiendo con los guisantes, “positivo” (rasgo no dominante) necesita “positivos” en la sangre de los progenitores. Madre “negativa”, padre “negativo”, hija extrañada.

Este es el resumen que me repití durante veinte años para convencerme que la ciencia no fallaba, que mi sangre era “A positiva”, que mi madre sí que estuvo embarazada de mí (unos puntos de cesarea y fotos de elal conmigo y mi sangre dentro lo aseguraban).

Después de estos veinte años, lo tengo claro, la culpa fue de ella. No de mi madre, si no de María José Navarro (oriunda de Navarra, haciendo honor a su apellido), profesora de Naturales, con un extremo apasionamiento por la genética y una destreza única para apasionar a sus pupilos. Recuerdo su cara, cuando traje el ejercicio hecho de casa, no cuadraba: madre “A negativa”, padre “A positivo”, hija “A positiva”. “¿Estás segura?”, inocentemente pregutanaba ella. Me temblaba la voz, creo que dice que sí, o asentí, no recuerdo, sólo tenía en mente: madre “A negativa”, padre “A positivo”, hija “A positiva”.

Saqué sobresaliente en Naturales, nunca enseñe el ejercido en casa, eso sí...sólo sé que nunca pongo guisantes en la paella.

Desnudándome....

Me estoy desnudando, empecé quitándome la parte de arriba, siempre más cómodo, menos pudoroso. Pero poco a poco me voy aligerando de ropa, no porque no tenga que esconder, escondo, pero la diferencia es que ahora disfruto exhibiendo, y sobretodo que no importa que se me vea lo que no escondo y se sugiera lo que escondo.
 
 
 Ven, entra y observame...léeme.

A tí, que no te conozco, ¿tú a mí sí?

Me he enamorado de tí muchas veces, hemos paseado, me has cogido de la mano, me has hecho el amor, me has follado, nos hemos reído, hemos intercambiado caricias, has sido moreno, a veces alto, otras bajo, rubio también, incluso mujer, burgués, hippy, extranjero, nacional, con moto, también con coche, conduciéndo tú (con mi mano juguetona en tu bragueta), otras yo era la piloto (tu mano era la juguetona debajo de mi falda)

Tu cepillo estaba en mi casa, el tuyo en la mía.

Cuando salía a trabajar , yo siempre me levantaba primera, después de echarte un polvo en tu cama, rodeada de paredes claras, saboreando el éxito de haberte tenido en mis brazos, no por ser tú (rubio, moreno, burgúes, mujer, con moto, con coche, sin él, negro, de Madrid, casado...) si no porque me habían acariciado, me habían mentido diciendo palabras bonitas que en ese momento eran sólo para mí.
Cuando las paredes se convertían en coloridas, cuando la cama era más baja, cuando nos veíamos en mi casa,  yo seguía levantándome primera, tú cerrabas la puerta treinta minutos después de mí de un golpe, no tenías llave. ¿Te acuerdas cuándo te encontrabas a la vecina?.

Nunca te presenté en casa, mi familia sabía someramente de tí, tú lo sabías, discutíamos, no lo entendías...pero sabia que tecla accionaba tu perdón, era fácil, y a mí me gustaba que me perdonarás.

Es curioso lo que sé de tí, lo que he vivido contigo y sobretodo lo que he soñado contigo. Quizá un día salgas de ahí, de ese ensoñamiento, de esa nebulosa que me rodea y te llegue a conocer, o ¿no?. Eso sí, si te conociera, te tocaría cerrar aún muchas veces la puerta de golpe de mi casa...no doy las llaves a cualquiera.

"Hoy es el primer día....

...que voy a decir eso."

Espero que no sólo diga "eso", si no que diga "esos y aquellos". He aquí mis primeras palabras de un blog que no sé a dónde irá, ni cuánto tiempo estará .... pero sea lo que fuere....del que quiero disfrutar.