lunes, 23 de enero de 2012

En busca de ella

Llevaba la música al máximo en su coche, la sonrisa que se había dejado por la mañana, la acababa de recoger, iba en busca de ella, necesitaba escucharla y hablarla. No sabía que le iba a decir, estaba nervioso, llevaban mucho tiempo sin verse, sin sentirse...¿cómo sería el reencuentro?, ¿seguiría la complicidad que tenían?, ¿se habría perdido algo de la confianza?.

Allí llego, estaba sólo ella y él, nadie alrededor. Miradas nerviosas, ganas de acariciarse, insegurirad momentanea, que se fue convirtiendo en comodidad, en palabras que se sucedían, susurros de historias almacenadas durante el tiempo de ausencia, secretos desvelados, segundos que se desvanecian rápidamente y el tiempo se les volvía a escapar de las manos.

Hasta pronto, se volvio para mirarla por última vez. Ella estaba preciosa, con su tonalidad azul intensa, con su aspecto sin límites, con el reflejo del sol para hacerla más incomensurable, los rizos al chocar con las rocas le cantaban las notas de la despedida.

Él lo sabía, la mar es una amante de ida y vuelta.

sábado, 21 de enero de 2012

Hay días...

Hay días donde sientes como si no hubiera un mañana: escuchas tus pensamientos, respiras y evocas recuerdos, pestañeas y te salen los deseos perdidos, suspiras para liberar el ahora, sonries porque has querido, lloras porque estas amando, hablas con tus sueños, te desnudas con tus miedos, acaricias los segundos vividos, te pierdes en el bucle del tiempo para salir a buscar de nuevo el presente.


Hoy es un día, done sientes que no hay mañana.

miércoles, 18 de enero de 2012

Yo, me, mí y conmigo

Mi nombre es Luciana Antonia Forcena Jimeneza.

Convivir con dos personalidades, es complicado, hacerlo con tres, es un reto, unirle una cuarta, es monstruoso.

Mis padres al darme dos nombres y dos apellidos, amasaron el germen de la formación de mis cuatro caractéres irreconceliables entre ellos; cada uno con sus rasgos característicos:
Antonia, lo que se ve.
Forcena, apellido paterno, lo que lucho por ser.
Jimeneza, apellido materno, la vida ajustada a la moral.
Luciana, mi ser más oscuro, no en su significado sexual, que eso es terreno de Forcena, si no en los miedos de la existencia personal.

Luciana, sabe donde atacar a Antonia (lo que soy) y a Forcena (lo que lucho por ser). Especialmente cuando Antonia está despistada con su mundo laboral y Forcena anda con sus asuntos díscolos, es cuando Luciana se hace fuerte. Ella, sabe usar siempre técnicas muy sibilinas, sabe desgastar al contrario, conoce como entrar en la cabeza de Antonia y sabe como desquiciar a Forcena.

Luciana, es manipuladora, su objetivo final es la destrucción de la paz entre Antonia y Forcena. La he oído y visto tejer una madeja de engaños donde Antonia y Forcena casi han quedado atrapadas.

Ahora, si os estáis preguntando por Jimeneza (la moral) no parte de la lucha entre Lucianda, Antonia y Forcena, es porque perdió la batalla hace tiempo, vive recluida en un sanatorio, eso sí, sigue ejerciendo su papel desde allí.