Gracias Jesús, Gracias Merche.
Gracias Jesús y Merche, por ser unos fabulosos hijos,
especiales hermanos y grandes amigos.
Gracias por compartir éste, vuestro momento lleno de
sentimientos, y que es el punto de partida para una nueva vida en común, con nosotros:
vuestra familia y amigos.
Parafraseando a Jorge Luis Borges, quién dijo, “uno está
enamorado cuando se da cuenta que la otra persona es única”.
Yo, cuando os miro, lo percibo.
Vuestras miradas cruzadas emanan el simbolismo de la
unicidad del otro, de la profunda seguridad que el camino que lleváis agarrados
de la mano es el inicio de una senda en la que caminaréis, correréis, pasearéis,
tropezaréis y os levantaréis con el apoyo mutuo, como ya habéis mostrado antes
de este día.
Permitid me ser la voz de todos los que estamos reunidos aquí
hoy, en esta Celebración de unión, amor y complicidad, de la
que habéis querido hacernos participes y desearos que la vida que vayáis
a crear sea un reflejo de lo que vosotros sois: fabulosos hijos, especiales hermanos
y grandes amigos.
Esos valores que tenéis, sabemos, que os harán llenaros de
sentimientos fructíferos y felicidad en cada pequeña parte de esta travesía de
vuestra vida, así como en los objetivos y retos que os propongáis y vayáis
alcanzando. Y nosotros, siempre estaremos a vuestro lado.
Gracias Jesús, Gracias Merche. Gracias de nuevo, por ser
unos prodigiosos hijos, increíbles hermanos y espléndidos amigos.
Gracias y os queremos.
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