sábado, 16 de junio de 2012

"Maratoniano"

Se ató los cordones de las zapatillas, ni muy flojos, ni muy fuertes, un punto que conocía perfectamente para sentirse seguro.

Hizo ligeros estiramientos del tronco superior e inferior, con más atención a la parte derecha que a veces se le cargaba por los caminos en los que solía correr.

Y se lanzó a por esa maratón de la vida.

Tenía que controlar la respiración, no podía acelerar en los primeros kilómetros, le podía llegar sin fuerza a los siguientes. Eso no lo haría disfrutar de la maratón, eso le haría sufrir en demasía.

Sabía que iba a haber momentos críticos, en los que el público no estuviera para apoyar a sus piernas, pero su mente tenía que recrear en esos momentos todos los sentimientos que tenía para que le movieran sus extremidades al ritmo que necesitaba.

Era conocedor que podría caer en la trampa de seguir compases de otros corredores que no lo convenían, que le producirían estados falsos de sentirse que estaba llevando una buena carrera, para luego caer.

Soñaba con los momentos en los que las miradas y sonrisas de los que observaban su correr, le regalarían nuevos pies para moverse, como si una magia moviera su cuerpo y le colocara una risa en su boca y un sentimiento de no parar en todos los kilómetros que le restaban.


Allí me lo encontré, hace unos días, seguía corriendo, aún no había llegado a su destino, le quedaba más distancia de la que había recorrido.

Le sonreí, le regalé cuatro palabras de ánimos, me miró con unos ojos que me decían todo lo que era esa maratón de la vida para él, sólo pude llorar de emoción y entonces vi como él, en ese momento, consiguió acelerar el ritmo.

(Ser felices en los kilómetros de vuestra vida)





2 comentarios:

  1. un pulsiómetro siempre viene bien, en la vida, tanto para vivir como para correr.

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  2. y el pulsiómetro que nos dice? que nos lo tomemos con más calma? que nos cuidemos? que el momento tiene que durar mucho?

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