lunes, 28 de febrero de 2011

A tí, que no te conozco, ¿tú a mí sí?

Me he enamorado de tí muchas veces, hemos paseado, me has cogido de la mano, me has hecho el amor, me has follado, nos hemos reído, hemos intercambiado caricias, has sido moreno, a veces alto, otras bajo, rubio también, incluso mujer, burgués, hippy, extranjero, nacional, con moto, también con coche, conduciéndo tú (con mi mano juguetona en tu bragueta), otras yo era la piloto (tu mano era la juguetona debajo de mi falda)

Tu cepillo estaba en mi casa, el tuyo en la mía.

Cuando salía a trabajar , yo siempre me levantaba primera, después de echarte un polvo en tu cama, rodeada de paredes claras, saboreando el éxito de haberte tenido en mis brazos, no por ser tú (rubio, moreno, burgúes, mujer, con moto, con coche, sin él, negro, de Madrid, casado...) si no porque me habían acariciado, me habían mentido diciendo palabras bonitas que en ese momento eran sólo para mí.
Cuando las paredes se convertían en coloridas, cuando la cama era más baja, cuando nos veíamos en mi casa,  yo seguía levantándome primera, tú cerrabas la puerta treinta minutos después de mí de un golpe, no tenías llave. ¿Te acuerdas cuándo te encontrabas a la vecina?.

Nunca te presenté en casa, mi familia sabía someramente de tí, tú lo sabías, discutíamos, no lo entendías...pero sabia que tecla accionaba tu perdón, era fácil, y a mí me gustaba que me perdonarás.

Es curioso lo que sé de tí, lo que he vivido contigo y sobretodo lo que he soñado contigo. Quizá un día salgas de ahí, de ese ensoñamiento, de esa nebulosa que me rodea y te llegue a conocer, o ¿no?. Eso sí, si te conociera, te tocaría cerrar aún muchas veces la puerta de golpe de mi casa...no doy las llaves a cualquiera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario