domingo, 11 de noviembre de 2012

La niña feliz

En Wonderland era conocida como "la niña feliz", siempre iba con mil bártulos en sus manos y en los bolsillos.

Tenía muchos rotuladores porque decía que pintaba el mundo de colores cuando lo necesitaba, una radio que sintonizaba emisoras que le hicieran sonreír. Tenía siempre un par de libros revoloteando entre sus bolsillos y manos, que le contaban historias de sueños posibles, imposibles y de sentimientos que se escapaban de las hojas. Poseía un bloc de notas en el que garabateaba las ideas que le hacían pensar en un mundo hecho a su medida, o su medida hecha a un mundo, esto último no lo comprendía y le asustaba. Y nunca olvidaba unos muñecos, que decía que eran sus amigos, y con los que en el parqué se sentaba con ellos, mientras hacía café para todos, diciéndoles que cuando se hicieran mayores beberían gintonics y seguirían hablando como ahora, de ellos, de lo suyo, de la nada.

Hay algunos que a veces dicen que la vieron sin su sonría, que se le había escapado algún rotulador para pintar en su libreta algún color, que había perdido alguno de sus libros, que no sabía dónde estaba uno de sus muñecos y que la radio había agotado las pilas.

Pero esos mismos, siempre decían que al rato, "la niña feliz" se invitaba otra historia, o se despeinaba corriendo bajo la lluvia, y que su sonría volvía con más fuerza, como si en ese momento, no hubiera otra niña más feliz, que ella.

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