domingo, 18 de diciembre de 2011

Lentejas para cenar

Las lentejas se estaban quedando frías, el remanente del fuego ya no calentaba la cazuela, el calor estaba ahora en la habitación donde estaban ellos.

Luisa se había levantado a apagar el fuego, cuando se dio cuenta que el que había en sus cuerpos podía alimentarles. Caricias sin fin, besos, abrazos, saliva compartida, movimientos acompasados, palabras dichas en forma de susurro, confidencias, cuentos no contados...estaban aderezando ese plato, que les estaba llenando, que su sabor y su olor les hacía repetir, lo comían lentamente disfrutando plenamente, como si fuera el mejor manjar y el único que tenían. El mundo fuera se había parado.

Dos cuerpos alimentándose de los sentimientos.

2 comentarios:

  1. Se me hace la boca agua con sólo leerlo. Luisa va a tener que darme la receta completa :) a ver si me a mí me sale igual de rico...

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  2. Me parece que tú eres buen/a cociner@. Creo, que incluso mejorarías la receta de Luisa...

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