jueves, 1 de diciembre de 2011

Memoriada forzada

Primero comenzaron trayéndome a ellos a ellas, en forma de nombres que aprender. Decían que eran sus novios, sus parejas, sus amigas especiales. Pero sabía, que no se iba a quedar aquí; amantes comenzaron a aparecer en escena, con la forma de ser nombrado por sus padres, con los apodos dados por ellos y ellas (mis amigos y amigas), con la relación caótica de mi cabeza de como recordarlos. El avance era letal, lo sabía, venía hacia mí, y sí....la evolución llego, y aparecieron hijos, hijas, seres que no recuerdo si pertenecen al género femenino o masculino, con nombres empezando por pe, ele, ache, i, eme, ese....algunos de ellos incluso compuestos, otros impronunciables. Y todos peleándose por estar en un trozo de mi cerebro, y sobre todo en un orden organizado: hijo de zutano es mengano, su amante es pelana y su novia es lalana. Que no es lo mismo que decir hijo de zutano es pelana, su amante es lalana y su novia es mengano.


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