No sé más de la "Casa Tuerta", sólo sé que la "Casa Tuerta" tiene que estar en mi cabeza, porque sueño con ella todos los días. Siempre sigo la misma rutina; mis amigos del barrio me hablan de la "Casa Tuerta", yo me dirijo a ella, la miro, me da miedo, siento inseguridad, doy la vuelta para ver sus dos ventanas traseras, vuelvo al principio, mis manos tiemblan, no puedo parar de mirar el ojo tuerto que es la ventana principal, las piernas me flaquean, pero no puedo evitarlo, me tengo que dirigir a la puerta, el pomo está frío, me cuesta fijar mi mano temblorosa en él, el sudor frío hace que sea incluso más punzante el metal helador. Pero ahí acaba, me despierto aterrada y angustiada, bañada en sudor y con mi mano derecha apretada a un pomo imaginario.
Quizá no tengo valor para entrar en la "Casa Tuerta", quizá la "Casa Tuerta" es la Casa de mis Miedos, de mis Complejos...
No sé, ¿algún día podré cruzar esa puerta torcida y descolorida y entrar en esa Casa?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario