lunes, 10 de octubre de 2011

Rituales

No me gusta sólo el beber café, me gusta introducirme en la preparación del café. Sentaros, os lo voy a preparar.

Primero dejarme que ponga algo de música, Edifh Piaf a volumen número cinco, suave, para que su voz desgarrada, pueda entrar suavemente y nos traslade a un París de los años cuarenta, donde los sueños se vendrán con nosotros. Espera, la luz un poco más tenue, para que sirva de base musical para esa voz achavelada de la Piaf.

Voy a moler los granos, quiero que el aroma os llegue; es arábigo, la esencia es intensa en un primer momento, luego se convierte en fina y equilibrada. Se ha quedado caliente el polvo de café molido, así el olor es más fuerte, me encanta este olor, me evade de la realidad, recrea en mi mente un mundo de placer, en el que además vosotros estáis conmigo. ¿Os gusta?. No tenemos prisa, Piaf suena y el perfume del café nos está rodeando.

¿Solo?

Entonces sacar las tacitas blancas, con letras serigrafiadas en negro y rojo. La cafetera está a punto, la temperatura óptima, el café esta saliendo con un hilo negro con ligero tono marrón, haciendo una pequeña capa de espuma en la superficie.

Aquí lo tenéis.

La Piaf sigue cantando, yo tengo muchas cosas que contaros, comencemos con este café, luego nos tomamos un gintonic.



2 comentarios:

  1. Bufffffff...vaya, sencillamente, ME ENCANTA TOMAR UN CAFÉ COMO ESTE, es más me atrevería a decirte, (no , mejor a dejarte) esto: NADIE COMO TU HACIENDO CAFÉ:

    http://youtu.be/7WBUw_6vcoo

    Besos ¿de café? ;P

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  2. A mí lo que más me gusta de todo, es que tú te lo tomes conmigo. Gracias por hacerlo. Besicos

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